...una secuencia de Asanas equilibradamente elegidas. A veces utilizando apoyos, (tales como mantas, cintos, sillas, barras,...) todas las personas pueden alcanzar los beneficios de dicha secuencia, no importa cuál sea su estado físico o edad.
La práctica es a veces demandante, otras veces recuperativa, pero siempre cuidadosa, atendiendo a las necesidades personales de cada practicante, promoviendo fortaleza, pero manteniendo suavidad de los sentidos y relajación interna.
...Una postura que involucra un proceso mental al final del cual se alcanza un equilibrio entre acción y resistencia.
Éste es un proceso consciente, no mecánico.
Por ejemplo: para alcanzar simetría y alineación, se distribuye equilibradamente el peso entre músculos, huesos y articulaciones, y es allí donde nuestra mente ha de involucrarse en cada uno de estos niveles.
A nivel físico, el objetivo de esta simetría y alineación es eliminar el estrés innecesario del sistema circulatorio, respiratorio, digestivo, reproductivo y excretorio, llevando relajación hasta las capas más internas.
Una Asana, más allá de su forma externa, involucra movimientos internos tales como el de los órganos. Éstos experimentan posiciones anatómicas diferentes, algunas veces siendo exprimidos para luego ser extendidos; inundados o secados; calentados o enfriados; suplidos con sangre fresca; suavemente masajeados y tonificados para llegar a un estado de salud ideal.
A diferencia de la mayoría de las prácticas físicas que trabajan a través del movimiento mecánico, imitando la forma externa, el Yoga parte del principio de la acción consciente desde un lugar interno. Esto, por un lado, evita el desgaste y por otro desarrolla altos niveles de atención, lo que tiene efectos de relajación profunda tanto en el cuerpo físico como en el sistema nervioso.
Por ejemplo comparando cualquier disciplina deportiva con una Asana de extensión, ésta es físicamente mucho más demandante. Sin embargo no se altera el ritmo cardíaco, y por otro lado se estimulan los canales de energía que dan como resultado vigor y renovación de todo el cuerpo.
El Yoga es un caminar paulatino, sin prisas, que templa la voluntad y donde cada postura requiere la máxima atención, lo cual nos permite comenzar a ver las fluctuaciones de la mente.
La mente se transforma en un objeto observado y el cuerpo en un sujeto observador... aquietado, sus sentidos inmovilizados y las percepciones afinadas. Entonces es allí cuando podemos escucharnos, mirarnos... en otras palabras percibirnos desde un lugar neutral. La atención aquí comienza a dividirse entre la mente que observa y la mente de los pensamientos. Ese es el significado de la palabra Yoga: unión, integridad.
Es la integridad con lo que somos antes de que ocurra el pensamiento.