En la practica de Yoga Iyengar combinamos la respiración consciente, la fluidez de movimiento y la quietud, el uso de elementos, la alineación física y energética, la mente enfocada. El Yoga Iyengar potencia la energía y fuerza vital, la apertura y flexibilidad, el equilibrio, la concentración, la salud, la conciencia y calma.
Exploramos a través de las asanas, más allá de éxitos o fracasos. Valoramos la frecuencia de la practica, partiendo de las asanas más sencillas a las más complejas. Su práctica asidua y constante nos lleva a familiarizarnos con las posturas y hacer de la practica un hábito, las comprendemos y así nos conectamos con las distintas porciones del cuerpo. En forma interrelacionada. Con la frecuencia, la práctica se vuelve placentera y una necesidad. Se precisa atención, la precisión es imprescindible. Creer en el Yoga, en su eficacia, nos estimula la sensibilidad, despierta nuestra curiosidad. El Bienestar que se alcanza nos ayuda a varios ordenes de la vida. Mejora nuestra salud integral. Dos o tres sesiones semanales nos saca del sedentarismo, de la rigidez corporal, nos entusiasma, ayuda a erradicar la apatía.
YOGA es unión y Compromiso consigo mismo, con el entorno, con el universo.